En una primera aproximación podríamos hablar de:
A) Sistemas de pesca pasivos; aquellos que estáticos, esperan que el pez se enmalle o enganche en ellos como los trasmallos y palangres.
B) Sistemas activos; el arte va a la busca del pez, como la red de arrastre y el curricán.
Palangres de superficie y de fondo
Artes de pesca: Palangre de piedrabola para la pesca de merluza y besugo
Artes de pesca: Palangre de fondo para la pesca de congrio
Algunas artes son específicas para la captura de una determinada especie, pero lo más habitual es que los distintos sistemas de pesca sean multiespecie.
La pesca al arrastre está ligada en Gipuzkoa al puerto de Pasaia donde una flota compuesta por más de veinte buques faena con este sistema que se introdujo a la vez que el vapor en la propulsión marina. Curiosamente fue el puerto de Donostia- San Sebastián el primero del litoral Cantábrico que utilizó la propulsión a vapor para arrastrar una red. Sucintamente una red de arrastre es un arte de forma de embudo o cónica que en su parte anterior lleva unos tableros de madera que hacen el efecto de una cometa y abren la boca de la red al ser arrastrada por el buque.
BUQUE EN ARRASTRE TIPO BOU
Buque en arrastre tipo bou
Si la red es arrastrada por un solo buque nos encontramos ante el arte de bou o de baka (al parecer proveniente del euskera "bakar": solitario). Si es arrastrada por dos barcos tenemos el arte de pareja empleado en la flota bacaladera que faena en el Ártico y en Terranova.
RED DE ARRASTRE EN PAREJA
Red de arrastre en pareja
Pesca de arrastre
a) Red de fondo: Como su nombre indica, va totalmente "pegada" al lecho marino y, su parte superior no abre más de 4 ó 5 metros.
b) Red de gran abertura vertical, de gran tamaño, su parte inferior resbala sobre el fondo, pero la superior llega a abrir hasta 40 m. sobre el mismo.c) Red pelágica: Puede ser arrastrada, merced a un mecanismo especial y a la propulsión del buque, a cualquier altura sobre el fondo marino lo que la convierte en una red de gran capacidad de pesca. Con relación a su uso y su posible influencia en los stocks de pesca existe una gran polémica entre pescadores que más adelante analizaremos.
En Gipuzkoa y, siempre los buques con base en Pasaia, se emplea la red de fondo, y desde hace unos 3 años la de gran abertura vertical, para la captura de especies demersales (aquellas que viven pegadas al fondo marino o próximas a él) como la merluza, el abadejo, gallo, lenguado, rape, merlán etc...
La red de cerco es empleada por la flota de bajura de todos los puertos guipuzcoanos para la captura de especies pelágicas (aquellas que viven cerca de la superficie del mar y tienen hábitos migratorios). La anchoa, el chicharro, el verdel y con menor intensidad la sardina son el objetivo de nuestra flota en aguas del Cantábrico.
Consiste en un gran rectángulo de red con el que el buque rodea el banco de peces; la parte inferior va provista de unas anillas por las que pasa un cabo llamado jareta, que una vez completado el círculo, cierra el arte por debajo embolsando el pescado. La parte superior de la red está provista de flotadores que forman una barrera en la superficie y la inferior lleva un lastre que garantiza la extensión vertical de la red. La que habitualmente se emplea en nuestras costas tiene una longitud horizontal de unos 300 m. y una altura vertical de unos 80 m.
CERQUERO PESCANDO
Cerquero pescando
Artes de pesca: Cerco para la pesca de verdel
PESCA DE TÚNIDOS CON CEBO VIVO
Pesca de túnidos con cebo vivo
En esencia consiste en remolcar a baja velocidad, entre 4 y 6 nudos (8-11 km./h) varios anzuelos cebados con un señuelo que simula un pez que es depredado por el túnido. Los hilos de los aparejos salen de la embarcación por unas largas varas (los tangones) que sobresalen del costado del buque.
PESCA A LA CACEA
Pesca a la cacea
Pesca curricán o cacea / Kazan
La flota artesanal que faena próxima a la costa emplea un sinnúmero de artes y aparejos con nombres en ocasiones de carácter local, que se confunden con otras artes.
La pesca con redes es de dos clases: redes de deriva y redes fijas. Las de deriva, entre las que se encuentra la mal llamada volanta, no son empleadas en nuestras costas. Las fijas trabajan a mayor o menor altura sobre el fondo pero siempre unidas a él mediante fondeos.
Las fijas se diferencian en el número de paños y en el tamaño de las mallas que utilizan. Así, tenemos la "mallabakarra" (una sola malla) y el tresmallo (que utiliza tres mallas) también llamado "minio". Similares a la mallabakarra son los llamados rascos (que se emplean para pescar rape) y "minifaldas".
PECES ENMALLADOS EN UN TRASMALLO
Peces enmallados en un trasmallo
Entre los aparejos tradicionales, de anzuelo, tipo palangre, el que más se emplea en nuestras costas es el llamado "piedra-bola", denominado así porque alterna, entre los anzuelos, un fondeo con un flotador. Su principal característica es que conjuga las ventajas de los aparejos verticales y horizontales, pudiendo pescar especies que están en el fondo o próximas a él.
Las nasas son unas cestas de forma paralelepidédicas, como una jaula, con un cebo en su interior que al acudir a comerlo la pesca queda atrapada en él. Se utiliza para la pesca de centollos, langosta, nécoras y en ocasiones, pulpo. Se emplea poco en nuestra costa y por algunas pequeñas embarcaciones en Pasaia, Donostia- San Sebastián y Getaria.
Para finalizar este repaso a las artes y aparejos que utilizan los pescadores guipuzcoanos vamos a referirnos a los que se emplean para la pesca de la angula: Las capturas se realizan entre noviembre y abril, por las noches, con la subida de la marea, utilizando grandes reteles de malla muy fina provistos de un mango alargado que se sumerge en el agua.
En la actualidad se realiza esta actividad en la ría de Orio, aunque tenemos referencias que, hasta no hace muchos años, se efectuaba en la Bahía de Txingudi, ría de Pasaia, Urumea y Urola.
LAS ZONAS Y CALADEROS DE PESCA
navegando con mal tiempo
Al hablar de zonas de pesca hemos de hacer una doble distinción:A) Las embarcaciones que faenan en caladeros más o menos lejanos y que les obliga a realizar navegaciones de semanas o meses fuera de su puerto base.
B) Las embarcaciones que trabajan próximos a la costa y engloban los caladeros locales pernoctando habitualmente en su puerto base.
En ocasiones algunas flotas participan de ambas características como ocurre con la flota de bajura que en la costera de anchoa, chicharro y verdel no realiza habitualmente navegaciones superiores a un día , y en la de túnidos sus mareas son superiores a una semana.
La tradición guipuzcoana en la pesca a gran distancia tiene, como sabemos, una historia secular. En los siglos XV y XVI su habilidad como arponeros era conocida en toda Europa. La toponimia de la isla de Terranova (Newfoundland) nos recuerda la presencia de nuestros antecesores en aquellas aguas a partir del siglo XVI, capturando bacalao. Los avatares políticos de los siglos XVIII y XIX hicieron languidecer estas pesquerías.
Es en el siglo XX cuando las pesquerías de largo alcance vuelven a resurgir a consecuencia de dos hechos totalmente ajenos: Por un lado la creación por parte de un grupo de animosos empresarios guipuzcoanos apoyados por S.M. el Rey Alfonso XIII, de la empresa PYSBE S.A. en 1926 dedicada a la pesca y salado de bacalao en aguas de Terranova y el Ártico (Islandia y Mar de Barentz). Los buques, de grandes dimensiones para la época, tenían su base en Pasaia Donibane, llegando a contar con dieciséis unidades. De otra parte, la aplicación de las técnicas de congelación a las pescas industriales, produjo en los años 50 y 60 un "boom" en toda Europa y también en Gipuzkoa por las pesquerías en caladeros lejanos.
En los años 70 buques y congeladores guipuzcoanos faenaban en numerosos caladeros africanos: Marruecos, Mauritania, Guinea Konakry, Angola, Congo, Sudáfrica, Mozambique...
Áreas y subáreas del Atlántico NE
(según el C.I.E.M.) con los principales caladeros
de arrastre de nuestra flota
La extensión a 200 millas de las aguas jurisdiccionales de la gran mayoría de países a partir de los 80 produjo una gran crisis en esta flota de la que en la actualidad quedan únicamente algunos vestigios y, con la característica que han debido adoptar la bandera del país propietario del caladero en que faenan.
El puerto de Pasaia fue, y sigue siendo en menor medida, la base de una importante flota que faena en el caladero comunitario, fundamentalmente en la costa francesa. Las especies que captura (la merluza es la más destacada) se venden "en fresco" en la lonja del puerto para el mercado local y nacional.
La flota de bajura que faena desde todos los puertos costeros como Hondarribia, Pasaia, Donostia- San Sebastián, Orio, Getaria y Mutriku se dedica a la captura de túnidos (bonito y cimarrón), anchoa, chicharro y verdel. Cada especie tiene su época, "la costera"; así el chicharro y verdel se capturan en Febrero y Marzo, la anchoa en Abril y Mayo, los túnidos en verano y otoño... Las pescas se realizan próximas a la costa en mareas de uno o dos días de duración, salvo en los túnidos que se capturan en todo el Golfo de Bizkaia y, al principio de la costera al oeste de Galicia en pleno Océano Atlántico.
Caladeros de la flota artesanal y bajura
Merece mención especial una campaña muy específica que realiza la flota vasca para la captura de túnidos en las islas Azores. Se inició en los años 60, pero la extensión a 200 millas náuticas de las aguas jurisdiccionales a efectos de pesca a finales de los 70 impidió las campañas. A partir de 1989 se reiniciaron las actividades gracias a un acuerdo entre las Federaciones de Pescadores de bajura vascos y sus homólogos azorianos, propiciado y apoyado por el Gobierno de la Región Autónoma de Azores y el Gobierno Vasco.
En octubre zarpan de los puertos vascos 15 barcos (de los que 7 ú 8 son guipuzcoanos) rumbo al archipiélago de las Azores. Tras una navegación, en ocasiones dura y peligrosa debido a los temporales del Atlántico, arriban a la isla de Faial donde establecen su base de pesca hasta el mes de Diciembre. Las capturas se congelan directamente en las Islas para su posterior venta y, en alguna ocasión parte de ellas se vende en fresco para su consumo en la Península.
El acuerdo ha sido pionero en la pesca europea e indica una vía de colaboración entre pescadores que debería ser seguido, evitándose en muchas ocasiones enfrentamientos estériles.
La pesca local o artesanal, como también se la llama, se realiza próxima a la costa con muy variadas artes de pesca: anzuelos, palangres, "piedra-bola", nasas, trasmallos, betas, etc., encuadradas todas ellas bajo el nombre de "artes menores" y que cuentan con una reglamentación específica. Las embarcaciones, de pequeño porte (no superan los 15 metros de eslora) realizan salidas al día y venden sus capturas en fresco en las lonjas locales. Las zonas de pesca con nombres muy tradicionales y transmitidas su localización de padres a hijos por los pescadores se encuentran en una fase precaria en cuanto a su explotación y conservación, sin que se sepa precisar si esta disminución de capturas de debe a la sobreexplotación, a la contaminación costera o a ambas a la vez.
Una variante de la pesca artesanal es la realizada por los llamados merluceros de Hondarribia. En caladeros tradicionales, frecuentados desde siglos, que custodian celosamente, pescan "al pintxo" (anzuelo) merluza y, hasta hace una década besugo que prácticamente ha desaparecido. Las calas están situadas a caballo entre las aguas jurisdiccionales francesas y españolas, en la fosa de Capbreton y tras nuestro ingreso en la U.E. se originó un serio conflicto al impedir las autoridades francesas la pesca a los hondarribitarras en sus áreas tradicionales; afortunadamente la razón se impuso y hoy en día la actividad sigue como antaño. A nuestro juicio sería éste un caladero que podrían servir de modelo para una explotación racional de una pesquería realizada desde tiempo inmemorial, por los propios pescadores.
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